lunes, 4 de enero de 2010
FELIZ AÑO
lunes, 2 de noviembre de 2009
domingo, 1 de noviembre de 2009
La ventana
Me sentí sofocado entre las mantas de la cama. En la ciudad de México la temperatura puede bajar bastante en invierno, exagere al ponerme tanto cobertor, decidí quitarme lo que tenía, y al mismo tiempo tomar mi chaqueta azul. Recorrí el pasillo hacia la sala, tomé los cigarrillos de la mesa, y salí al balcón. Mire el reloj a través de la ventana, era media madrugada, el frio calaba mis huesos. Sin embargo, no me gusta el aroma de cigarro en la casa.
Al terminar mi cigarro, quise abrir la ventana del balcón. Me quedé pasmado, mi corazón latía, sentía que el estomago quería explotar, quería correr; sin embargo, no lo podía hacer, no tenía sentido. Me encontraba en el décimo piso, tenía la vista del valle de México, pero nadie me veía, nadie me escuchaba. Una persona estaba sentada en mi sala, no podía verle la cara, pero sabía que sonreía. Lego, mi gato, maullaba sin parar, como si hablara.
No pasaron cinco segundos desde que vi la sombra, cuando decidí abrir la ventana del balcón, no la podía abrir. Mis manos sudaban, y mis venas salteaban; se abrió la ventana, la persona desapareció. Lego bufaba, nunca lo había hecho antes, lo trate de agarrar y salió corriendo. La ventana del balcón se cerró, alguien lo había hecho. Me quede estupefacto hacia el sillón donde estaba esa persona, de repente vi pasar una sombra en el espejo. Salí corriendo a mi cuarto.
Nunca me había sentido de la misma manera, nunca había tenido miedo de algo desconocido. Entre en mi cama, me enrosque en las mantas, miraba incesante a la pequeña ventana de mi cuarto, tenía miedo de asomarme y ver algo, tenía miedo de que alguien tocara a la puerta. Tome la iniciativa de hablar a seguridad del edificio, el interfon estaba en la cocina, y tenía que salir de mi cuarto. Agarre mi celular, y empecé hablar con nadie, sólo quería que supiera que no estaba solo. Lego, me vio, con sus ojos me dijo: no lo hagas, vete
No era la primera vez que me pasaba algo similar, era la tercera vez que me cambiaba de apartamento, él me seguía. Tenía miedo, siempre huía de él, no quería saber lo que era, o quién era. Estaba harto, pensé que había sido mala suerte venir a la ciudad. Tenía que hacer algo, pero no podría hacerlo ese día, tome a lego, y ríos lo lleve a la cama.
Varios años atrás fui con Rogelio a que nos leyeran el tarot, había hecho cosas diferentes, como prender luces, rezar, divagar por las noches antes de llegar a casa. Es en una casona del centro histórico, donde la gente te mira con recelo, donde tienes miedo de llegar, y terror de que no puedas salir.
-¿Por qué tardaste tanto Ernesto?
-Se acuerda de mi señor, fue hace tanto tiempo.
-No me olvido nunca de nadie, y menos de una premonición que vi.
-Tenía miedo de regresar, cuando vine con Rogelio usted vaticinó el accidente, nos levantábamos en las noches pensando en si seria verdad, hasta que sucedió.
-Lo siento mucho Ernesto, pero si veo la muerte lo tengo que decir, no puedo callar.
-Señor, siento que lo veo por las noches, siento que me culpa por el accidente, yo lo amaba, ahora tengo miedo.
-Lo sé, me habla en los sueños, sabía que vendrías. Habla con él, cuando tu gato maullé como si hablara es el momento.
-¿cómo sabe de mi gato?
-¿Lego?, vino a verme, está preocupado por ti, no tengas miedo Ernesto. Yo le dije, que te viera a los ojos, y bufara, que así te acordarías de mi.
Salí más confundido de lo que llegué, tome la decisión que esta noche sería, hablaría con él, resolvería el problema. No podía esperar más, había sufrido demasiado, cuando algo pasa se rompe todo lo que se había logrado.
Pasaron seis meses, y no podía tener contactó, no sabía cuando pasaría. Me levantaba a las tres cuarenta y cinco, a la hora que le veía. Fumaba el cigarro en el balcón, cerraba a la puerta, y miraba al espejo. Parecía que Lego también lo esperaba, me miraba. Esa noche empecé a llorar, no aguantaba más, tenía miedo de que fuera Rogelio, ¿qué harías tú?, no podía correr.
Al entrar vi una sombra ene l espejo, rápido voltee, y vi a Rogelio sentado, viéndome y sonriendo. Lego maullaba, entendía lo que me decía, de repente le hable a la sombra que ahora tenía rostro.
-¿Por qué Rogelio?
-Tenía miedo Ernesto, no sabía cómo hablarte, sabes que la noche me da miedo, te extraño.
-¿Quieres caminar?, tenemos la mejor vista del valle de México, siempre soñamos con vivir aquí.
-Lo sé, Ernesto, tengo miedo. Tenemos que platicar.
Tenía puesta mi chaqueta azul, era mi favorita me la había comprado en nuestro viaje a Nueva York. Rogelio traía una chamarra negra, y una bufanda de cuadros. Tomamos el auto, y bajamos al valle de México, lo que había comenzado en una caminata, ahora se convertía en un viaje.
-¿Crees que Lego hizo que nos encontráramos?
-Si Rogelio, él lo logro.
Llegamos al cementerio de bosques, bajamos del auto y caminamos en la poca neblina que había. Rogelio estaba llorando, me beso, y me pidió perdón. Es tú sepulcro Ernesto, tus padres decidieron que algún día podamos estar juntos. Siento mucho lo del accidente.miércoles, 21 de octubre de 2009
jueves, 15 de octubre de 2009
eNCuENTRo
mi mente vuela a tu encuentro...
encuentro dulcemente con la magia de tus besos...
martes, 13 de octubre de 2009
mia Princesa
mia hermosa,
mia bonita,
mia belleza infinita.
Mia la rosa
que en ti habita,
mio el deseo,
mio el amor.
Mio el beso,
mio tu sabor,
dulce adherezo,
rojos tus labios...
piedad corazón...