miércoles, 7 de octubre de 2009

SONRISA PERFECTA

Bueno, lo de Oliver ha resultado bien.... por ahora. Si es cierto que los viernes me han traido buenos momentos, no ha sido igual en otros días. En el tiempo que llevo viviendo en esta ciudad he logrado establecer relaciones durareras y, bueno, también muchas han fallado. Ayer fui al dentista y me dijo que tenía que posiblemente tenga que usar frenos por algun tiempo. A mi no me gusta la idea, pero el doctor dice que es para que tenga una sonrisa perfecta. Ahhh!!!!, la sonrisa perfecta. Bueno eso me trajo el recuerdo de mis primero días en la ciudad.
Salí a la zona rosa con mi amigo Nan y fuimos a bailar a un antro que estaban inaugurando. El lugar estaba lleno y se nos había ocurrido llevar abrigos, grave error, nos asabamos como pollos. Decidimos dejar los abrigos en el guardarropa del lugar, así que los llevé. Estaba por regresar a donde había dejado a mi amigo cuando un chico tropezó conmigo y me mojó con la cerveza que traía en la mano. Muy apenado me ofreció disculpas y yo le dije q no había problema, pues ya qué algún día iba a sucederme algo así, el me dijo que me acompañaba al baño a limpiarme y fuimos. Mientras me lavaba me dijo q la cerveza no era suya sino para un amigo que le había pedido que fuera por una cerveza mientras él ligaba con un chavo, él accedió a regañadientes. Yo hice algún comentario que le pareció gracioso, supongo que era mi acento el que se escuchaba como para matarse de la risa. El mostró una hermosa sonrisa y tal vez era por todo el asunto de la cerveza pero no me había percatado que era bastante atractivo, y cuando lo vi sonreir hasta las piernas se me doblaron. Como siempre mi cerebro se aceleró y ya me veía con él pasando las navidades.
Cuando sonreía entrecerraba los ojos lo que hacia que su rostro pareciera el de un niño que no rompe un plato. Le agradecí que me acompañara al baño y le dije que podía regresar con sus amigos que yo me las arreglaba en adelante. Él volvió a ofrecer disculpas y se fue. Yo regresé con mi amigo y le comenté lo sucedido, claro yo defendí al muchcacho pues porque estaba oscuro y no me vió y pues al final resultó mejor de lo que esperaba porque sin querer había cruzado palabra con alguien que me había gustado mucho. Nan solo reía porque siempre decía que donde ponía el ojo ponía el padrote. Pero realmente me había gustado mucho aquél chico. Mientras bailabamos lo empecé a buscar con la mirada y lo encontré. Fue grato para mi el descrubrir que el también me estaba mirando. Y volvió a sonreir. Una sonrisa preciosa. Llena de carisma y muy seductora. Él era más alto que yo, su cabello ensortijado le llegaba casi a los hombros y su barba le quedaba muy bien. Bueno. al fin que pudo haberme tirado el barril completo de cerveza con tal de hablar más tiempo con él.
Llegó la madrugada y era hora de partir. Fuimos a recoger los abrigos y saliamos del lugar cuando el chico se acercó rapidamente hacia nosotros. Me preguntó mi nombre y le contesté. Nan se le quedaba viendo con cara de hazme un hijo y me pellizco. Le presente a Nan y el nos dijo su nombre. Se llamaba Lalo, bueno Eduardo, pero todos le decían Lalo, obviamente. Nos comentó que ellos tambén ya se iban y que si queríamos acompañarlos a seguir la fiesta. La verdad yo me moría por ir con él a donde quisiera, pero Nan pensaba que sería mejor irnos. Lo convencí de que fueramos un rato y salimos del lugar con los amigos de Lalo. Subimos al carro del amigo de Lalo y yo iba atrás con él y Nan a mi lado. Nan estaba algo preocupado y con razón pues la verdad no sabiamos para donde ibamos. De pronto Lalo me paso la mano por la nuca y me jaló hacia el. Me dijo al oido que le gustaba y que quería pasar la noche conmigo. Obviamente me emocioné y mire a Nan con una sonrisa de oreja a oreja. Él me miró fijamente y parpadeo un par de veces. No entendí si estaba perplejo o me estaba diciendo que tengo el sí muy flojo y eso lo decepcionaba. La verdad vi que de pronto se hacía ojitos con el chavo que estaba a su lado y de pronto ya estaba en las mismas que yo. Unos cuarenta minutos después estabamos en algún lugar del Estado de México llegando a un lugar desolado, era un bosque y el carro en el que ibamos se estacionó en lo que parecía una casa abandonada. Ahí es cuando pensamos que seríamos parte de un ritual satánico o algo parecido.
Otro carro llegó, bajaron sus ocupantes, entraron en la casa y encendieron las luces. De pronto sono música y pensamos que era la casa de retiro estpiritual de alguno de ellos (sarcásticamente). Entramos también y el lugar era algo espacioso, con dos cuartos y camas grandes. Estaba algo sucio porque se notaba que hacían fiestas seguido, Nan y yo nos quedamos parados unos cinco minutos hasta que Lalo vino por mi y Nan se puso a platicar con el chico que le había gustado. Luego de un rato Lalo me dijo si lo quería acompañar a uno de los cuartos, le dije que sí. Mire a Lalo y con la mirada le dije que iba a estar ocupado. Fuimos a la recámara y Lalo cerró y puso seguro. Todo iba bien, besos, caricias... bueno todo fue bien hasta que en el momento de tener relaciones le mostre un condón y el lo retiró. Queria sexo a pelo, fueron sus palabras. Yo le dije que no, que no podíamos hacerlo así, pero él no hacía caso y quería empezar a tener sexo. Me decía que era más rico, que lo disdrutaríamos más. Y yo le dije que no. Que la verdad me gustaba mucho pero que sin condón no había nada. Él se enojo, y me dijo que si no lo iba a hacer a pelo con él, que me fuera y me llevara a mi amigo si se iba a poner igual de mamón. Lo miré fijamente y esta vez no me devolvió ninguna sonrisa. Me vestí, y salí de la recamara. Busqué a Nan que estaba de arrumacos con el chavo que le había gustado y le dije que nos ibamos. Él se sorprendió y me dijo, quien nos va a llevar, le contesté que nadie. Que nos ibamos de ahí. Nan estaba sorprendido y me preguntó porqué, que le dijera lo que había pasado. Le dije en voz baja lo que sucedió y apenas terminaba de contarle cuando el lugar empezó a oler extraño. Nos dimos cuenta que estaban drogandose y supimos que iba a terminar mal si nos quedabamos ahí.
Lalo salió de la recamará se me quedó viendo y me dijo que no pensara que alguien nos iba a llevar, que si no quería pasarla bien con ellos pues que ninguno iba a mover un dedo. Nan entendió, me tomo de la mano y me dijo muy seguro de si mismo. ¡Vamonos!. Eran aproximadamente las cuatro de la mañana, faltaban unas dos horas para que amaneciera y no sabíamos donde estabamos, la carretera estaba algo lejos y estabamos en algún cerro perdido del Estado de Mexico. Bajamos agarrados de la mano y caminamos. Caminamos una media hora hasta dar con una carretera. Seguimos la orilla hasta que vimos un letrero que indicaba una estación de gasolina próxima. Caminamos y ahí preguntamos que tan lejos estabamos del df o si pasaba algún autobús que fuera para allá. La gente de allí nos dio indicaciones y llegamos al DF a eso de las 7 de la mañana. Le ofrecí disculpas a Nan y el sólo sonrió. Dijo que ya no deberíamos volver a hacer esas cosas, bueno, tal vez hasta el próximo mes que ya se nos haya bajado el susto......
RAN

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